Los párpados disimulan mal el juego de tus pupilas.
Conozco el hálito de tu respiración,
su acezar vivo solo si evita luchar.
No creo en tu sueño profundo,, aquél del egoísmo
y la mentira,
en tus estratagemas para evadir
las luchas de tu pueblo,
todo aquello que despeine tu pequeña alma de trapo
y plástico.
Verguenza debería darte.
Anda cara descubierta, Niña
sé valiente al menos para encarar tu cobardía.
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