es desnuda entre seres extraños
ante vientos feroces lloviznas y ventiscas
frente a olas gigantescas donde encuentro por fin la duna
el banco de arena soñado, la lluvia propia
hace tanto para establecer una colonia
el habitat ideal para convivir con semejantes
en el idioma y las costumbres
y revivir el amor a mi cuerpo sea
por mano propia o por la caricia sostenida
delicada sin prisa hasta el cansancio
de los extraños
brindada con el amor del desconocido
que es el más sano,
sabio de todos los amores sensuales
y la libertad de expresar mi deseo descarnado
puro tal como sé ahora
sentir como aprendí a sentir con toda la piel.
los órganos de mi humanidad , los poros
derramando miel.
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