una estela una estela de plata reflejo del mismo cielo
exclamaban el cura el pastor los sacerdotes de largas barbas y gorro de puntas
mesandose los cabellos con aire desesperado nada feliz como si en lugar de un milagro presenciaran señales ocultas del más allá por ello tomé mis canastos con mis hermanos y llenamos día y noche sin cesar los peces que no cesaban de aparecer tomabas uno y aparecian dos hermosos y más grandes con las colas vivitas que nos hacían matar de risa mientras esa gente discutía el origen el fin de la estela se fue haciendo tarde y oscuro y solo brillaban como luces los peces y nosotros ni cortos ni peresozos fuimos a llamar a otros primos de otro pueblo para descansar mientras con el ojo abierto mirar la recolección así fue el milagro de los peces que nos ocurrió a nosotros en esta playa hace unos cuantos meses atrás para que la historia nos cuente entre sus hechos o mejor no sino vienen a robarnos a explotarnos como hacen siempre con el oro con el agua con cada milagro que la naturaleza brinda generosa a su gente.
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