Era hermoso reptar sobre la arena tibia
tú y yo, como dos rescatados por el ángel de los mares
de su mano, los ojos cerrados
cubiertos de arena hasta el último pelo
felices como niños
sin pensar en nada ni en mañana
ni en más tarde,
bobos , revolcados en la arena
como lagartijas sintiendo
la tibieza, la calidez de esta arena bendita
que solo le falta tener flores
pero tiene peces de escamas de plata.
Y los peces llueven por la madrugada y al mediodía
por miles a la orilla haciendo una estela de plata
que reluce al sol como un diamante fino.
Nadie puede saber nuestro secreto
podrían venir a excavar la arena tan cálida ,
buscando el origen de los peces,
y éstos no entienden de milagros.
Silencio , todos callados, guardaremos
un pacto para conservar nuestro secreto
nuestra playa a salvo.
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