Ladeas la cabeza
evades el humo
la columna gris amenaza peligrosamente tus ojos
por un instante
cuando logras ver ,
ensayas dibujar palabras
disimulas tu escasa pericia
pronto aquél fumador desconocido
habrá colmado tu oído
de vanas promesas de amor
creerás huir con él en sueños
hacia cualquier lugar.
Correrás trás él hacia el tren de la desgracia.
Nadie lo impedirá
Ladeas la cabeza,
evade el humo.
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