Y fue contemplar tus labios
silabeando con fuerza
lanzado al viento
el verbo desmenuzado
esa boca,
ató
mi cuerpo
a la sucesión de palabras
a los verbos concadenados
de un clamor urgente,
ardiente de pasión.
Me envolvió el poder,
de emocionar
mi cuerpo en carne viva
atizarlo,
derrotarlo,
echarlo en hinojos
y aceptar en alaridos
ser víctima y victimaria
de tus deleites.
Yo seré quien.
( huyo antes de declarar )
y cierro la puerta del teatro
lloro convulsiva
desnuda de pudores.
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