Señorita Periodista, silencie su voz, por favor.
Usted habla, opina, comenta , se atropella, no cesa en una carrera por robar sílabas al tiempo.
Nadie morirá si usted no completa la oración o no redondea la idea. A mi no me interesa su educada demostración de suficiencia.
Sucede que yo no tengo más ganas de oir su voz de flauta.
Sí, leer a su hermana que tiene unos magníficos textos sobre el amor lésbico . Esta demostración diaria de completa información ya me resulta insoportable,
Le ruego no irrumpa en mi habitación, con sus informes sobre realidad, que me es ajena.
Se entera? Yo reposo, me recupero de una ruptura cerebral.
Sí, mi cerebelo se partió en dos. Mis pensamientos dispersos me atacaban a diestra y siniestra.
Ahora recojo sus pedazos bajo la cama y la silla.
Si usted no calla, no cesa de emitir sonidos por la garganta, estallaré la radio contra la pared.
Estoy segura , que aún fragmentado el equipo, usted no cesará de parlotear con autoridad , y suficiencia.
Señorita Periodista, con todo respeto, silencie, no module su voz por favor. Calle.
Haga mutis, silencio o saldré de esta casa de reposo a buscarla.
Mañana su cadáver adornará todas las portadas.
Está advertida.
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