Y casi sin querer ,
sube a mi cabeza herida y chamuscada
aún destilando humo,
una rabia nueva
Una ira santa
que ciega mis escasas mientes,
un ataque de furia
contra el enfermero / guardia
por tanta violencia, tanta brutalidad
contra mi arbusto
el follaje salvaje
que de tanto contemplar
de tanto contento
hice mío,
Arrojo un chorrito de gasolina
y un fósforo,
prendo fuego
a la clínica entera.
Qué belleza de imagen
las llamaradas de fuego
contra un cielo de ocaso
límpido y el mar de fondo.
La gente clamando ayuda
Gritos, alarmas, llantos.
Un lió descomunal
Yo, tendida en mi cama
entretenida en peinar mi mechón verde.
Qué espectáculo el incendio,
cuánta belleza el cielo y el mar.
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