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viernes, 30 de enero de 2015

Griten , aúllen, chillen tras los muros de esta casa.
Aquí no hay reposo, solo entes y sueño embriagador.
No necesitamos comida 5 estrellas,
 menos enfermeras con voces delicadas,
que nos  envenenan sonrientes  día a día.
Reclamamos nuestra libertad, el pensamiento 
sin medicación.
Con la uñas rasgaremos las paredes.
Con la boca morderemos la cal.
Retumben sus pies, hermanos  como temblor de tierra.
Así los vecinos escucharán nuestro clamor.

Tan alto , tan fuerte, y potente
que a nuestras voces alcanzarán el cielo.
 Caerán ante nuestros pies los muros, el concreto,
la cal, que impiden nuestra libertad.

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