La mañana estalla en mis ojos,
mi cabellera leona ruge sobre mis hombros.
Ruge, pues no sabe gemir.
( Solo lo canarios lloran)
No lamen heridas.
Una leona, como, yo aterra a los enemigos
con su voz , con sus garras afiladas
solo cuando inventan mentiras.
Están advertidos.
La leona ataca con garras, con dientes.
A muerte mata a sus detractores.
Mata, no perdona nunca.
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