Esperé en vano la ráfaga de viento , que elevaría mi cuerpo hacia las nubes, y me estrellaría luego
en el abismo profundo de la quebrada.
Hoy, antes de la aurora, repté como un insecto hasta mi malecón.
Son tantos los medicamentos, que casi no puedo tenderme en pie, mis razonamientos lentos, nulos. Despierto ansiosa a buscar y rebuscar las raíces nuevas de la fragancia. Y embebida , paso las horas, fuera de la realidad, débil y dependiente.
Vivo en una casa de reposo.
Esa es la realidad.
Entenderán , que es imposible que me traslade volando hacia mi plaza de la media luna y su malecón amado,
Mi profunda tristeza .
Yo fui siempre una gata libre y cumplía mis sueños, aún arriesgara la vida.
Siempre hice de cada anhelo , una realidad concreta.
Es cierto, el lugar de reposo es de un lujo sibarita , ya no deseo ser más una adicta ansiosa e inútil
Saben? es tal mi dependencia de aquellas plantas salvajes que hube de arder con ellas y salvar solo un mechón que llevo oronda en mi cabeza mil veces chamuscada.
Cómo es posible que una guerrera, una combatiente permita adormecerse, no vivir su realidad por cobardía.
Tumbarme a descubrir día a día nuevas raíces en mi cuerpo. Es terriblemente agradable pero embota mis sentidos, ya no hago nada más. No escribo, solo vivo drogada.
No es digno, es inaceptable en una poeta.
Quiero escapar de mi encierro, de este sueño pesado que anula mis pensamientos.
Necesito volar sea con una ráfaga de viento o con una ola gigantesca de la playa cercana,
Esta depositará mi cuerpo en otros lares y limpiaré mi alma del sueño, los medicamentos y la dependencia a la fragancia.
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