Quiero volver a conversar ,
no a aullar.
como una loba herida.
Vivo en lugares de reposo,
entre flores y follaje salvaje.
Desde mi habitación transcurren las horas.
No que quejo.
Necesito la imperiosa intensidad,
que succionan los medicamentos y me tienden a dormir.
Cuando el ardiente sol se oculta,
veo salir de sus madrigueras las criaturas más extrañas,
los gnomos que atacan mi sueño,
Veo también en vigilia los espantos que mi mente crea.
Recorren los parques, se detienen ante mi puerta,
piden y gritan a grandes voces.
Es entonces cuando mi mente confundida, estalla.
Llega la enfermera , me inyecta pero
mis entrañas se ya se quemaron de angustia.
Se calcinaron por la mala intención de mi propia creación.
En plena oscuridad me baño una y mil veces.
Solo para arrasar la ansiedad, las ideas enfermas .
Ellas ordenan :Mata tu cuerpo, morirá tu mente.
No habrá más dolor .
Al alba, titubeo, miro con ojos de sospecha a todas partes,
Sé que antes del ocaso, taladrarán otra vez mi voluntad,
mi poca serenidad.
Necesito un día de paz, por favor.
A ustedes seres creados por mi mente enferma,
a los gnomos, suplico:
Paz para pensar, leer, escribir.
Paz, bienestar para sonreír y ser ligera.
Aquello que se supone vengo a disfrutar en una casa de reposo.
Aquello que era mío, y lo arrebatan medicamentos e inyectables.
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