¿ Acaso crees que me importan tus miradas curiosas,
como quien detecta alguna anomalía, alguna deformidad en mi ser?
Sigue mirando. Me gustaría,
que caigas desmayada, tumbada por la impresión.
Sí, mi sangre es verde. Clorofila pura.
Mi propio cuerpo tornó de sangre roja con leucocitos y plaquetas
en humoso líquido verde, que transporta el oxígeno por mis hojas,
las abrillanta, respira por su verdor.
Ahora me dispongo a mi tarea diaria y reciente de expulgarme los bichos,
y recorrer mi cráneo , mis brazos, descubrir nuevas raíces, pequeñas hojas bebé,
y regar con agua purísima, agua de manantial mi cuerpo entero que es un arbusto.
No oculto a nadie mi condición.
Camino desnuda y orgullosa de mis tallos , de mis hojas y sobretodo de mis largas matas
de arbusto que crecen desde mi cabeza hasta el suelo.
Me tiendo al sol y aspiro la fragancia deleitosa, y una vez ebria, embebida duermo donde el sueño me atrape. Tan feliz y libre vive.
Por ello te invito a mirar ya no mis heridas sino mis bellezas.
Ya quisieras tú vestir de follaje y perfumar el viento con tus pasos.
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