Dolor en tu cuerpo de ave
por el golpe violento de la sorpresa.
Aquella que arriba en nubes pardas
llovizna de palabras ,
corroen, dañan, sangran
mis articulaciones,
mis extremidades
de filigrana ,
mis manos de ave,
cada huesecillo.
Nadie condena a nadie
Nadie condena sin ser condenado.
Soy inocente, no existen pruebas
Nadie condena nunca a nadie.
Soy inocente
No existen pruebas.
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