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lunes, 5 de enero de 2015

El expulsa a la empleada doméstica  a cajas destempladas.
El no conoce el respeto a los empleados,
se zurra en sus derechos.
Esa materia  no la mamó en casa.
No la  dictaron en colegios americanos. 
El  cree, él supone , 
él quisiera arrasar con todos ellos ,
cholos, indios , zambos 
a  los pongos, en especial.
Odia a aquellos desgraciados, 
cuyos sueños, destino y alma son  propiedad del patrón. 
No se ha enterado que la revolución triunfó en muchos sitios.
En el Perú , algunos creemos en la igualdad y justicia.
El ignora , no acepta que todos somos iguales,
valemos lo mismo en tanto trabajamos.
El grita  desde su lecho, 
sus entrañas cargadas de un desayuno doble
pesan  en su ánimo patronal.
Amor, ya abolieron la esclavitud.
El cede. el desayuno pesa menos,
se aburre con el calor.
Con unos mimos él vuelve a ser el mismo.
Sin tanta comida él es un ser admirable .

Maldito aburrimiento que lo torna violento.
Calor del demonio que desespera su espíritu.
Y eso que ignora que mis libros se publicarán en breve.

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