Azotas mis orillas como un vendaval,
desatas cruentas ansiedades ,
en mis poros ,
esa respiración agitada
resollasnte tras mi cuello.
Eres dulzura entre mis labios,
risa cantarina en la hora limpia de la mañana.
El deseo olvidado y revivido,
Aquél que se resiste a morir,
por volver a ti.
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