Cuento los días para el alta definitiva de mi Blanquita.
Luego de su encuentro con el potro galante, ella está más animada.
Relincha, pasta con la manada, pero tiene aún los ojos tristes.
Es el susto de conocer a unas fieras hambrientas
Ella que solo conoce de ternura , de campos dorados, ha visto el rostro de la maldad
El coraje , el valor de mi yegua blanca por defender a su ama,
ha demostrado su raza de campeona.
El descanso , mi cariño son la mejor cura para el susto.
Luego buscaré al dueño del potro galante.
Mi hermosa yegua blanca está casi por llegarle el celo.
Quiero crías bellas azules, blancas como pequeñas estrellas en el cielo.
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