Biblioteca breve
Viernes, 11 de julio de 2014 | 9:21 p
Dolor y poesía en La casa del silencio de Patricia Temple
No sabemos mucho de la biografía de Patricia Temple. Se ha conocido que es piurana (1964) y que es licenciada en Interpretación y Traducción por la Universidad Ricardo Palma, pero no tenemos mayores lecturas de sus libros anteriores. Para nosotros, Patricia Temple se nos presenta como nueva. Y es verdad si consideramos que ella publicó su primer libro, Una mujer corre por el malecón, en el 2010. Todo ello –la poca información que tenemos– no nos impide decir que Patricia Temple con su reciente libro, La casa del silencio (Ediciones Amaru), es una poeta de voz personal, nítida y sobre todo una voz que intenta retratarse a sí misma mostrando su primera condición, la de ser humano.
Poemas que grafican una soledad que viene, más que de los espacios físicos, del mundo interior y que son expresados acaso a manera de expiación. Citemos este fragmento: “Soy la mujer que no come la estrella/la loca que cambió el sol por la oscuridad./ Un lobo espera por mí al final del arroyo./ Clava sus garras en su abrazo poderoso. /Nada podrá separarla del delicioso dolor”(pág12).
Sí, dolor, desgarramiento, soledad, conciencia del tiempo final, pero también Eros, el pálpito de vida. Pero quizá, en ese afán de abordar el dolor, Temple exacerbe ese ángulo y descuide otros. Debe recordar que tiene el registro, la intensidad de su lenguaje.
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