Cinco, tres, cuatro voces claman libertad al cielo.
Un grito desesperado
una súplica humilde,
un ruego ,
Manos amadas rodeando mi cuello,
besando mis pechos.
Recorrer mis calles amadas con olor a orines.
ser la mujer que no teme a su marido.
Es todo lo que pido.
Cinco, tres, cuatro voces claman libertad al cielo.
Caminar ligera por mis malecones,
amar ardiente a quien, encienda mi piel.
Es todo lo que pido.
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