La muchacha devoraba los campos verdes con los ojos.
Qué hermosa campiña era aquella . No había conocido nunca un valle tan próspero, tan rico en riachuelos de aguas cristalinas y ganado como aquél.
Las vacas lecheras lucían sanas , bien alimentadas. Sus cueros relucían al sol .
Quiso bajar allí mismo, tocar la yerba, sentir el olor de la leche recién ordeñada, beber un vaso grande ,como si volviera a ser una niña chica.
Nina revivía a cada kilómetro que el bus avanzaba en su destino hacia la capital de la provincia.
Aquella zona era verdaderamente importante, desarrollada.
Bastaba ver a los niños corretear felices y con las mejillas rojas con sus uniformes únicos al salir de los varios colegios que alcanzó ver.
Faltaban aún varias horas para llegar pero Nina prefirió continuar contemplar todo, analizar el panorama del lugar que esperaba sería su nuevo destino.
Había guardado su rabia muy hondo en el pecho, así no la olvidaría.
La rabia sería su fuerza para iniciar su nuevo reto .
El nombre de Dámaso , de sus camaradas , la sangre derramada por aquellos cobardes sería vengada .
De ello, Nina no tenía ya la menor duda.
Le aguardaban situaciones difíciles con personajes complejos,
Ella había crecido en tan solo horas , días . Estaba lista a enfrentar lo que el destino deparara.
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