Alicia sentía mucha nostalgia en tardes soleadas , como éstas, cuando solía visitar a Ana, bien sea en su casa o bien en la de Alicia,
Se sentaban a escuchar a Calamaro, Vicentico y todo el rock argentino que podían. Les gustaba mucho la Negra Sosa y tenían un buen repertorio , que Ana aleccionaba a Alicia-
Ana había estudiado en La Plata y Alicia había estado recientemente. Cada paso que ella dio en aquella ciudad universitaria, no dejó de pensar en la juventud de Diana.
Las dolencias de Ana , eran más agudas sin la compañía de su entrañable amiga.
A veces, también tomaban lonche en un lugarcito lindo cerca a la casa de ambos.
Era tanta la nostalgia de Alicia que solo recordar el Parque Castilla era suficiente para
recordar la calidad hospitalidad de Ana, en los momentos más difíciles de Alicia, que no fueron pocos.
Conversaban sobre el trabajo de Ana y Alicia aprovechaba para contarle sus avances en los libros a publicar.
Eran dos almas unidas en la risa, la pobreza y el cariño que el tiempo madura a medida que pasa.
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