Alicia estaba sumamente deprimida. No era el clima, pues el sol pintaba de amarillo su calle, eran sus pocas ganas de hacer. Estaba además resfriada . El médico le había hecho una receta para los análisis por sus constantes dolores de cabeza y desgano y ella sabía que los exámentes eran caros.
Nada, por hoy descansaría hasta de escribir y que la disculpe su público pero la cabeza le estalla.
No es flojera. Es malestar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario