Alicia sentía en la piel el cambio de clima.
Cada mañana era más difícil  asumir la idea de vivir un día completo.  Cada tarea, como ducharse , le resultaba un esfuerzo titánico, y una hazaña.
Se levantaba por su marido , pero le dolía en el alma cada llovizna que le mojaba la cabellera, el asfalto sucio, la calle mojada .
Los carros le aterraban y empezaba a sufrir seguidos ataques de pánico. Ya eran tres esta  semana, y prefería quedarse en casa en absoluta soledad . Las personas le molestaban, algunas eran muy poco delicadas con ella. O así lo creía ella-
Tenía la imaginación agudizada y  escuchaba cosas sobre ella que no eran de su agrado.
O solo sería su mente? Ya le había pasado una vez. La sicosis paranoide era la experiencia más terrible de los últimos años. Los años pasados había sufrido por su propio gusto.