Alicia hacía esfuerzos por no dejarse vencer por la enfermedad. Sabía y sentía el dolor en todo su cuerpo pero hoy se sentía mejor. El sol alumbraba, su esposo la cuidaba con primor, y faltaban pocos días para abril. La publicación del poemario pendiente, le parecía más probable.
En fin, la compañía de su esposo, la colmaba de amor. El amor cura. Y ella sabía que pronto regresaría a su vida habitual. Una vez pisara su gimnasio, las endorfinas recorrían su cerebro, sanando su cuerpo , dandole la vitalidad y ganas de vivir nuevamente. Estaba segura. Y ello era un avance.
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