Ella lo había amado con locura desde el instante que él ingresó a la red.
Era la alegría de cada día, hablar con él, Sus toques traviesos
Cada poro de su piel se abría solo pensarlo. Evocar sus manos grandes, su estatura, esa apostura de hombre seguro de sí mismo.
Un día aciago, él se cansó y buscó por otro lado. O siempre había jugado así. Ellos acordaron la fidelidad de ella .El harém para él.
Ella sabía, la cantidad de mujeres que el tenía, pero aceptaba resignadamente compartirlo, con tal de no perderlo. Le escribió poemas intensamente sexuales , correos eróticos.
Sus cara a cara por computadora era sencillamente relaciones de alto voltaje.
Todo su cuerpo se estremecía, ella había alcanzado el climax solo mirarlo y luego, ella chorreaba algo similar al semen, que caía como chorros al suelo .
Luego eran los orgasmos anales, que deliciosa experiencia sentir dilatar sus partes para esperar la penetración por atrás.
Nunca ocurrió nada. Y ella lo decía con profunda tristeza.
La última vea que vino a Lima , llegó con su novia linda y la hijita.
Era la comprobación que él finalmente era feliz, aún con otra María se alegraba .
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