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lunes, 17 de marzo de 2014

Alicia  cerraba los ojos y veía el mar. Soñaba con volver a ver ese mar amplio, celeste, inmenso desde el malecón de la Plaza. El mar simbolizaba la libertad, la belleza, lo infinito.
Cada vez era más difícil para ella escaparse y menos citarse con el ex , el actor , quien con la edad había agudizado  en él el defecto de su madre: la conveniencia, el vividor , el arribismo.
Estaba bien que como teatrero de un grupo de fama mundial no ganara mucho, pero eso no tenía nada que ver con sus fondos. Desde que vivieron juntos , el principal problema que afrontó fue esa absurda idea que quien nace en San Isidro debe subvencionar a los menos favorecidos. Un tipo sin dignidad.
La última vez tuvo que engañarlo y decirle que estaba  tan deprimida , internada en la clínica había atentado contra mi vida. No le interesó. Ni se despeinó. Seguidamente preguntó cuando podía pasar por el dinero. Ya después de esa indiferencia, de esa codicia ella  lo eliminó de su vida . El hubiera caminado sobre su cadáver y tomado los billetes. No sentía ya ningún
Lo lamentaba , él era mi nexo con aquello que amaba y no podía ser.¨Comprendí que no se podía tener todo en la vida. El marido perfecto, el departamento que la contenía

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