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martes, 18 de marzo de 2014

Alicia estaba desbastada. Se dio cuenta en cuestión de minutos que alguien había robado su dinero. No tenía para pagar la farmacia y dejó en la caja los productos porque no podía pagarlos.
Quien había cometido ese delito ? Cualquiera. La contraseña de las tarjetas era la misma para todas . Cualquier ser con un poco de maña veía los números. Cualquiera puedo ser.
Salió tambaleándose del supermercado y con las desesperación que le estallaba en el corazón. Poco a poco fue perdiendo la noción del lugar, los colores empalidecieron y no vio más. Era todo el dinero del mes. Cayó redonda al suelo,
Ahora María esperaba la ayuda de su tía, que le costaba llantos y casi estado histérica rogarle. Ella, al final, cuando María le recordó que las unía la misma sangre y que ella era su último recurso, aceptó. Claro que por la noche, la hermana de María la regañó severamente, y al final devino en una conversación serena de hermanas. María no tenía con quien hablar , Clara era racional y podía analizar sin subjetividad el caso de la estafa del editor.

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