María había vuelto a escribir poesía.
Quizás el siquiatra tenía razón , sus poemas intensos eran originados, inspirados por situaciones límites. Eran muchas emociones para un solo día y una realidad que le golpeaba el alma.
Ya no tenía a quien recurrir. Y el poco dinero que Leoncio consiguió en de unos amigos no le alcanzaba ni para comer. La tía , la hermana de su madre le dio la espalda.
Había resuelto entonces, no comer o dejar esa carísima dieta a seguir. Comería si tuviera mucha hambre, o se llenaría el estómago con kekes o galletitas. Así iba a bajar de peso.
Ella siempre sacaba el lado bueno de las cosas . Era una gran ventaja . No podía hundirse esta vez, tenía que resistir sin salir y aguardar que la tía reflexionara.
En todo caso, llamaría a su hermana . El mago le sugirió que se pegara a los Temple, y ya había acertado con Paul y el editor.
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