Sabía de mi fortaleza más no conocía el arrojo de su cobardía .
Esa rastrera recorre los infiernos y ataca a mansalva.
No permitiré más dolor.
Curo mis heridas, cierro la puerta y quemo el pasado.
Es la única forma de sanarme de los bichos de aquellos pobres diablos.
Cobardes, malditos cobardes.
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