Seis balazos, desbaratar´ hueso por hueso, ligamentos, músculo por músculo ese cadáver maldito.
Descenderé al mismo infierno a sellar un pacto de sangre con Belcebú . Los vivos reinamos en el mundo real y los muertos impedidos por leyes ancestrales de traspasar las barreras invisibles
de la muerte serán malditos por el el flagelo del fuego, la desesperanza, que consume el alma más noble, y la impura es castigada por seres tan miserables como el cadáver.
Yo asesiné a ese cobarde a sangre fría , sin miramiento ni culpa.
Olvidar su figura desterrar su miserable ser hasta en sueños.
Seis balazos, no tres, ni uno.
A disparar a un cadáver que se niega a morir.
Seis balazos.
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