Golpeo la puerta ,
lucho para abrirme paso entre las mijeres de luto.
Encogido como un perro indefenso,
ruegas,suplicas, te humillas sin pudor .
Me enardece tu vileza,
Tres balazos para matar a un cobarde,
El daño, su recuerdo´, tatuados por siempre en la memotia
cada víctima de sus abusos.
Marcho serena , digna a casa
Nadie me denunciará,
He leído el placer en las pupilas de las plañideras,
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