Hace días lucho contra un puñal clavado en la boca del estómago.
No permito que suba a la garganta o
traspase mi pecho.
Moriría tal como el dueño del arma quisiera.
Yo decido la manera, fecha y hora de mi propia muerte.
Retiro de cuajo el puñal y lo arrojo lejos.
A nadie le quedarán más ganas de apuñalar mi cuerpo a mansalva.
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