Sentí miedo de la pasión
de su tirana esclavitud ,
gobernada por la caricia ,
el roce fugaz en mis poros
el deseo,
palpitando febril por mis venas
buscando un rostro para el amor
que es deseo puro,
ansiedad del cuerpo por sentir la fragancia
de otra piel estremecida,
vencida al placer.
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