El pecho a punto de estallar,
mis ojos derraman sal
mis labios sellados.
Debo dar a conocer el secreto.
Acabó el miedo.
La denuncia es inminente.
Ya no duermo ni como
la llaga crece, se envilece morada
como un golpe, una herida que crece.
Pronto seré solo una herida purulenta.
Una traición ,
urdida en frías madrugadas
alrededor de un licor barato
trasnochados revolucionarios de café.
Infelices, contra mi pobre poeta.
La poeta torna en leona
Tengan mucho cuidado, compañeros
El felino ataca a matar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario