Eran mis manos aves perfumadas
prestas a curar tus heridas.
A remendar tu corazón,
hablar de nuestras cosas.
Eres el mismo macho bruto .
No has cambiado nada.
Recogí un racimo de uvas,
flores de mil colores,
para entregarte.
Macho bruto,
No has cambiado nada.
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