No me rendiré jamás.
Así ellos me echen de lado,
o rían a mis espaldas,
continuaré viviendo mi locura ,
no queda otra solución.
Feliz pues así como atormenta ,
escribo poemas desesperados,
descomunales o simples bodrios.
Solo yo conozco el aroma del inicio del mal.
Es un trozo de lata raspando la garganta.
El incendio luminoso en la oscuridad.
Es hablar sin cesar, o enmudecer.
Aullar por el fuego en la pantalla de mi computadora.
Un fuego que solo yo puedo ver.
Ladridos de perros en mi oreja.
Me llevan a descansar.
Un descanso inquieto ,resaca de lo vivido.
Y hago amigos.
Creo que es el mejor lugar para estar convivir
con gente similar a mi.
Es la mismísima verdad.
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