No sé si será una alucinación propia de mi mal.
Tampoco lo se a ciencia cierta.
Lo concreto es que ayer regresé cubierta de sangre.
Ríos de sangre inundaron mi casa, mis manos.
Cada poro de mi piel.
No pude escribir.
Sé que la gente murmura ,
sé que algunos me temen.
Otros, me desprecian.
No me interesa.
Camino erguida exhibiendo orgullosa mi piel tiznada de locura.
Yo lucho , pataleo, no me rindo.
Ellos no luchan ni conocen el incendio de la aurora,
el infierno de mis mañanas.
No se atreven siquiera a gritar desde el pico del barranco.
Ellos son mesurados, racionales,
Aburridos, sumamente aburridos.
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