Eras la ilusión de recoger flores y caminar juntos.
Devorar las calles como cuando éramos jóvenes y ligeros.
Los años te envilecieron.
Nada quiero de ti.
Una vez más, los espejismos tomaron mi mente,
la confundieron,
a tiempo reaccioné.
No permití que tú ensuciaras mi frágil realidad.
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