Añorado muchacho moche dónde estarás.
Los domingos, como hoy, tu recuerdo es un tábano
que hinca mi pecho
Cada encuentro mi cuerpo se cubría de purpurina brillante
Era la pasión que relucía mi piel
Tú, un muchacho moche, yo una mujer.
Nadie nunca me amó con esa pasión desesperada.
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