Fueron tus manos, finas, delicadas manos,
las que me acariciaron por diez años.
Te gustaba jugar con mi cabellera,
yo reía como una niña,
veía por tus ojos celestes,
creía en tus historias,
quería creer.
Era tan feliz.
Tus manos hablaban, tenían vida propia,
Eran tiernas manos de escritor,músico, manos bellas.
Aquellas mismas manos, tan amadas
casi me mataban una vez por semana
cuando no llevaba el dinero.
Eran golpes secos, de boxeador.
Mi rostro, humillado, amoratado.
clamaba piedad.
Nunca escuchaste.
Nadie te amó jamás como te amé yo, adorado desgraciado.
Vagarás por el mundo sin rumbo, sin mi amor.
Ese será tu castigo,
Maldito amado.
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