Unos hombrecillos malvados viven en mi cabeza.
Muerden mis neuronas con sus dientecillos feroces,
las confunden, crean imágenes ora aterradoras,ora hermosas.
Juegan con mis neurotransmirsores como bolas de boliche.
Chocan entre sí, como un juego perverso.
Me aplacan el ánimo, aceleran mis ideas, torno desconfiada.
Alucino , es cuando,
salgo corriendo a la calle , huyo hasta sangrar mis pies.
Corro de los enfermeros, de las inyecciones,
Huyo de mi misma.
Me atrapan, siempre, me atrapan.
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