Caminas por la calle.
La gente besa tu mano.
Te felicitan como a un héroe.
Ellos no saben ,
no imaginan que depredas ilusiones,
muerdes los sueños de los inocentes.
Arrancaste mi corazón de cuajo.
Lo devoraste de a poquitos.
Cuando tú, ídolo de barro te desplomes,
el polvo de tu caída,
no me ensuciará.
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