Antes de hacer nada, María debía consultar con su mago, cartomántico. Era certero, acertado y sobre todo un hombre de mucho sentido común, culto y bueno . Sabría darle muy buenos consejos aparte de la lectura del tarot. Ella debía esperar a fin de mes, pues ahora estaba sin un real. El me dijo la última vez que en un mes lo visitara. Ya sabía él de estos problemas con el editor.
La pena es que eran los mejores poemas que había escrito. Los podía publicar en un año pero no quería perder vigencia en los medios. Ya se le ocurríria algo.
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