Vientos feroces soplan desde el desierto hacia mis lares.
Las letras, mis pobres letras,, saltan asustadas, se miran desesperadas entre sí.
Nadie explica la razón de tanta saña.
Las consonantes consuelan a las vocales en su llanto desconsolado .
Temen no llegar a ser poemas, tal como soñaron.
Unas resbalan por el papel, otras salen despedidas por la ventana.
Amaina la tormenta y busco cada letra, las peino con amor, seco sus cabellos.
Juntos componemos un hermoso canto de victoria y resistencia .
Un poema combativo, feroz contra cualquiera quiera alterar nuestra poética paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario