Tu nombre arde en mi boca .
Mis labios trémulos se deleitan jugando, deletreando vocales con consonantes.
Cada letra es un escalofrío en mi piel,
Cuando dicen el nombre, es un ardor
una quemazón placentera en el vientre.
Corro , pues la sed de tenerte me posee.
No debo decir tu nombre si no quiero correr desnuda por las calles.
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