Búscame hoy , esta mañana, no demores.
Mi cuerpo tiene sed de caricias y besos.
Apura, que no dormí evocando tu piel bruñida,
cuero duro de hombre de campo.
Manos encallecidas ,que al rozar mis rosas,
subo al cielo del placer y desesperada , aúllo
perdida para este mundo.
Y cuando tus labios gruesos besan la flor exquisita,
henchida de mi sexo.
muero , me convierto en un demonio
mi lengua , bífida , lanza llamas de fuego y soy atacada por risas
inaguantables, con lágrimas como goterones de lluvia y lloro de felicidad.
A veces demoro más de un día y su noche o dos noches y su día en volver
a mi estado normal, más añorando aquél deseo , deseando siempre repetirlo
de las manos de mi amante de piel bruñida, de músculos fornidos.
Ya lo llamo urgida por mi cuerpo siempre deseoso,
No sé si es una ventaja o un perjuicios pero el placer guía mis días.
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