Esta mañana siento olor a melancolía,
Enfermedad terrible,
tremenda y peligrosa en mi.
Se enrosca entre mis cabellos,
sopla ideas y luego, sin más, huyo, corriendo
- sin escuchar las voces que me alertan-
La carreta termina lejos
en aquella plaza vacía, fría.
El pasado no camina entre sus bancas ni tampoco el amor.
Miro el mar rugiendo bajo mis pies.
Vencida y triste vuelvo a la realidad.
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