Encontré a mi macho cabrío,
cuando su aroma invandió la sala, , la calle, el barrio entero.
Era el olor denso de un animal en celo.
Aspiré con fruición , despertó el deseo desesperado de una mujer.
Desde entonces, hacemos el amor con furor.
Te tomo del torso con mis manos pequeñas, me tumbas ,
a hojarcadas bailo sobre tu cuerpo de macho.
Al final, un grito salvaje rompe el silencio.
Unas carcajadas incontenibles cuentan de gozo puro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario