En punta de pies , malvadas ballerinas hacen piruetas,
interrumpiendo las horas de mi sueño, de mi amado descanso diario.
Son ya cinco, los ballets montados por aquellas ballerinas ,
a quien nadie invitó por bella sea su danza.
Yo las contemplo bailar hipnotizada , mover sus pies tan ligeros e
incansables como alas de mariposas y así paso la noche despierta.
Al alba, escribo las maravillas que ocurren cuando todos duermen
en silencio y oscuridad.
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