Subí a un tren con la idea de no llegar a ningún destino.
Durante el viaje las yerbas del campo
embriagaron mis sentidos al punto de bajar
revolcarme en ellas, ebrio y loco fui a buscar un viejo amor
para compartir tanta felicidad.
Ella me siguió al campo y fue entonces que hicimos el amor
como dos desesperados.
Juntamos nuestras locuras y ganas de amar.
armamos una choza a la vera de las raíces y las hierbas.
Flacos como perros, aspiramos la fragancia desde el alba
hasta el anochecer, entretanto hacemos el amor.
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